Síndrome de la fatiga crónica
El Síndrome de la fatiga crónica es una enfermedad discapacitante crónica, compleja y bastante desconocida hasta el momento. Se caracteriza por una fatiga persistente y a largo plazo, sin una causa aparente, y que además no mejora con el descanso y empeora con la actividad física.
Al Síndrome de la fatiga crónica también se le conoce como Encefalomielitis miálgica o Enfermedad sistémica de intolerancia al esfuerzo, y se suele abreviar como EM/SFC.
Se desconoce la causa o causas que provocan dicha fatiga, pero si se han detectado que los usuarios que la padecen coinciden en diversos factores que han desencadenado en dicho síndrome.
Son los siguientes:
- Infecciones virales.
- Problemas del sistema inmunitario.
- Estrés físico y/o mental.
Este último año, como consecuencia del Covid-19, el EM/SFC se ha hecho más conocido, ya que es una de las secuelas que está dejando.
Al principio se creía que era únicamente una manifestación física de un trastorno psicológico (como depresión o ansiedad), pero no es así, ya que tiene parte neurológica e inflamatoria.
El perfil que suele padecer el EM/SFC es de una mujer comprendida entre los 40 y 60 años, aunque también afecta a hombres y niños, adolescentes y adultos de más edad.
¿Cuáles son los síntomas más habituales del Síndrome de fatiga crónica?
- Fatiga
- Cansancio que impide desarrollar las actividades del día a día
- Sueño no reparador
- Agotamiento mental y falta de concentración
- Dolor de garganta, cabeza, muscular y/o articular
- Mareos (sobre todo al intentar acostarse o levantarse)
El mayor problema de esta enfermedad es que imposibilita a la persona a realizar sus actividades diarias y en algunas ocasiones, incluso impide que la persona pueda salir de la cama. Ya que ni descansando, consiguen recuperar las fuerzas. Esto puede desencadenar en problemas psicológicos como la depresión, ya que dicha situación suele causar frustración y tristeza a quienes la padecen.
Ya que además les provoca:
- Aislamiento social
- Ausencias en el trabajo
- Limitaciones en el día a día
No existe a día de hoy un tratamiento específico para el EM/SFC. Lo que se intenta es tratar individualmente a cada paciente y paliar los síntomas que tiene. Con ayuda de fármacos y rutinas que ayuden en su calidad de vida.