Las tareas diarias, el trabajo, las obligaciones con los hijos...pueden ser causantes de estrés y ansiedad. A veces somos conscientes de ello, y en otras ocasiones es el cuerpo quien nos avisa, como es en el caso de ciertos problemas de estreñimiento. Si bien una buena alimentación es básica para atajar este problema, en muchas ocasiones no es suficiente, y en otras, es nuestro propio proceso de estrés el que no nos permite tomar conciencia de tomar el agua suficiente o alimentarnos de la mejor manera.

Sea por una razón o por otra, el estreñimiento ocupa casi un 20% de las consultas en atención primaria. Esto lo convierte en una de las mayores preocupaciones (y sufrimientos) de la población general.

1. No permitirnos una alimentación más adecuada.

El hecho de ir "con prisas" o de un lado para otro, no disponer del suficiente tiempo para comer o tener horarios laborales imposibles nos dificulta en gran medida tomar la alimentación que necesitamos. Es más común en estos casos acceder a comida rápida o precalentada, alta en grasas y baja en fibra, que sirve más para quitarnos el apetito que para alimentarnos de verdad.

Aunque somos conscientes de ello, lo cierto es que el día a día nos lleva a no tomar acción sobre este tema, ya que es demasiado el esfuerzo que vemos para poder llevar una alimentación equilibrada. El problema es que, si no tomamos esta decisión, nadie va a hacerlo por nosotros. Existen algunas opciones para mejorar nuestra alimentación cuando no disponemos del tiempo suficiente.

- El Bathcooking es una técnica por la cual, empleando 2 horas a la semana, podemos hacer comida para todos los días. Existen multitud de recetas en internet, pero lo básico es la creación de caldos, verduras horneadas o legumbres que nos puedan servir para varias elaboraciones diferentes. Siendo conscientes de introducir más fibra y bajar la cantidad de grasa y comida rápida, mejoraremos instantáneamente nuestro tránsito.

- Optar por la comida preparada saludable. Si optamos siempre por comida preparada porque no disponemos de tiempo, es importante optar por la comida rica en verduras y fibra que se puede obtener en casas de comidas o en las empresas que envían tuppers a domicilio teniendo cuidado en la distribución semanal de los diferentes nutrientes necesarios.

- Evitar ciertos alimentos del "menú del día" como son los postres, las patatas fritas o las bebidas alcohólicas.

2. No beber agua suficiente y sustituirlo por otras cosas.

Cuando estamos en un proceso estresante de nuestra vida, lo normal es que no tomemos conciencia de beber agua hasta que no tenemos mucha sed. El cuerpo, además, se va acostumbrando a beber cada vez menos agua y nos lo "pide" con menos frecuencia. Las bebidas alcohólicas o el café que en muchas ocasiones sustituyen al agua (a veces casi por completo), no tienen ni por asomo las mismas propiedades con las que cuenta el simple agua para mejorar nuestra salud. 

- Compra una botella de agua divertida y cómoda que te acompañe mientras estás sentado en el ordenador o que te pueda caber en el bolso. Procura tenerla siempre cerca y llena de agua. Sin darte cuenta, beberás muchísima más cantidad y tu salud te lo agradecerá.

- Una de las razones por las que a veces no bebemos agua es porque nuestro cuerpo, estresado y ansioso, pide más sabor en la boca. Si este es tu caso te invitamos a que aromatices el agua con cítricos o hierbas (verás muchas recetas saludables en internet), así como frutos rojos. Al principio te costará acostumbrarte, pero una vez lo hagas, verás como te encanta.

3. No hacer el suficiente ejercicio.

Cuando estamos estresados, ansiosos, es más difícil que hagamos ejercicio. Y no sólo de forma activa o consciente, sino que en nuestra vida diaria nos volvemos más perezosos y adictos al sofá de lo normal, debido a que estamos demasiado cansados emocionalmente. Esto provoca un efecto bola de nieve, ya que al ser menos activos querremos cada vez menos actividad, y esta falta de actividad será cada vez más negativa para nuestro estrés, nuestro estreñimiento y nuestra salud en general.

No hace falta salir a correr una maratón si nuestro cuerpo todavía no está preparado para ello o ni siquiera nos gusta. Lo importante es buscar actividades que nos mantengan activos y con las que cada vez nos encontraremos mejor.

4. No buscar ayuda profesional.

Cuando estamos en la rueda del estrés lo más normal es que nos dejemos en último lugar. El estreñimiento derivado del estrés es una de las alertas más claras de que tenemos que tomar conciencia de lo que nuestro cuerpo nos está pidiendo. Acudir a un profesional de la salud, también de nuestra salud psicológica, es el primer paso para "desatascar", casi literalmente, todo lo que necesitamos en nuestra vida.

Lo más importante con el estreñimiento es no dejarlo pasar y no acostumbrarnos, pues si no se toma acción va de peor en peor. Si con nuestros cambios en los hábitos no notamos cambios, es importante acudir a nuestro profesional de confianza para que nos ayude a detectar el problema. 

El Jarabe del Dr Manceau, más de 175 años tratando el estreñimiento. Compuesto principalmente a base de manzana reineta.

El Jarabe del Dr. Manceau está compuesto principalmente por manzana reineta. Esta completísima fruta contiene polifenoles, antioxidantes, flavonoides y vitaminas importantes del grupo B como son la B1, La B2 y la B6, así como calcio, potasio y fósforo. Cuenta también en su composición con ácido málico y tartárico, que son perfectos para facilitar la digestión de aquellos alimentos que poseen un alto contenido en grasas.

Además, el Jarabe del Dr. Manceau cuenta con extracto de hojas de Sen, también conocida como sena o sen. Es una planta medicinal ancestral muy utilizada en los problemas gastrointestinales por sus propiedades purgantes y laxantes que se producen al irritar la mucosa intestinal. Esto hace que los movimientos de los intestinos sean más rápidos y se favorezca la eliminación de las heces.

Por último, este efectivo jarabe cuenta con extracto de cilantro, que posee propiedades estimulantes, antiespasmódicas, antibactericidas y antiiflamantorias y aporta vitaminas C, K, A, B1 y B2, así como hierro, calcio, fósforo y magnesio.